sábado, 17 de marzo de 2012

ORIGEN DEL NOMBRE ARGENTINA

Desde 1530, cuando Sebastián Gaboto hizo los primeros envíos de ese mineral a España, el río de Solís fue conocido como Río de la Plata.

La
denominación se extendió a toda la región adyacente y en 1536, cuando llegó Pedro de Mendoza a dotarla de su capital, tal nombre estaba ya asentado. Doscientos cuarenta años después, el nuevo Virreinato que tenía por capital a Buenos Aires se llamó Río de
la Plata.

Argentina
deriva de plata: del latín argentum sale el adjetivo correspondiente. Lo llevó a la fama un soldado poeta, Martín del Barco Centenera, quien hacia fines del siglo dieciséis acompañaba al Adelantado Ortiz de Zárate.

En 1569 otro soldado, Antonio de Ercilla, había escrito La Araucana, y Centenera anunció la composición de La Argentina, un largo poema en el que narraba la conquista del Río de la Plata. El nombre circuló con suerte variada hasta principios del siglo diecinueve.

Por entonces nuestros poetas neoclásicos y patriotas, empeñados en construir para Buenos Aires una raigambre y un prestigio antiguos -que debían colocarla por encima de Roma y Atenas- popularizaron el adjetivo, de sabor latino.

Lo usaron Manuel de Lavardén, Esteban de Luca y Juan Cruz Varela. Vicente López y Planes escribió El triunfo argentino para cantar la gloria de la defensa de Buenos Aires en 1807. Desde entonces, fue nombre corriente de periódicos: La Prensa Argentina, La Abeja Argentina, El Triunfo Argentino.


En 1810 fuimos las Provincias del Río de la Plata, y desde el año siguiente Provincias Unidas del Río de la Plata. En 1816, quizá por la renacida esperanza que insuflaba San Martín, se declaró la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica. Luego de la crisis de 1820, el Congreso de 1824 volvió a las Provincias Unidas del Río de la Plata.


La Asamblea del año XIII aprobó el Himno Nacional, que proclamaba “Al gran pueblo argentino ¡salud!”. En 1826 el Congreso de las Provincias Unidas creó para Rivadavia el cargo de Presidente de la República Argentina, y poco después sancionó la Constitución de la República Argentina.

Cierto que duró poco, pero el adjetivo latino quedó desde entonces incorporado al nombre de la comunidad política que tan trabajosamente se iba gestando. Bajo Rosas hubo una Federación Argentina y una Confederación Argentina, y éste fue el nombre que adoptó la Constitución de 1853.

En 1860 se reformó la Constitución y se adoptó, ya definitivamente, el de República Argentina. Así nos llamamos desde entonces.



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