Primer gobierno de Rosas (1829 a 1832)
El 6 de diciembre de 1829, Rosas fue nombrado gobernador de Buenos
Aires con poderes extraordinarios; desde entonces hasta febrero de 1852 -con la
excepción del corto período desde 1832 hasta 1835- dominó no sólo Buenos Aires,
sino también las provincias.
Rosas, que creía
firmemente que una reorganización nacional constitucional era prematura en ese
momento, retiró el apoyo de Buenos Aires; el 5 de diciembre de 1832, fue
reelecto gobernador pero no aceptó el cargo, a pesar de las súplicas del pueblo,
porque no se le otorgaban poderes extraordinarios.
Juan Ramón Balcarce asumió la
gobernación de Buenos Aires pero comenzaron a surgir desavenencias entre sus
partidarios y los de Rosas; destituido por Rosas en la "Revolución de los
Restauradores", lo siguió Juan José Viamonte (1833-1834); mientras tanto, Rosas
había ido al sur de la provincia para dirigir las fuerzas expedicionarias hacia
el corazón del territorio al sudoeste, oeste y noroeste de Buenos Aires.
Rosas empujó a los
indios más hacia el sur, abriendo nuevas tierras, destruyendo tribus de
importantes caciques que habían atacado los pueblos de Buenos Aires, matando o
capturando a miles de indios, rescatando unos dos mil cautivos de ellos y
explorando los cursos de los ríos Neuquén, Limay y Negro hasta el pie de los
Andes.
Finalmente, firmó la paz con los indios, prometiéndoles la comida
necesaria a cambio de su rendición y otras concesiones; esta paz duró veinte
años; a su regreso a Buenos Aires, se lo aclamó con entusiasmo como héroe
conquistador; la legislatura le confirió el título de "Restaurador de las
leyes", le otorgó la isla de Choele Choel (que no aceptó pero tomó a cambio
sesenta leguas cuadras de tierras buenas para la pastura, cercanas a Buenos
Aires); se le rindieron otros muchos honores.
El gobierno se encontraba en
dificultades, doña Encarnación y los partidarios de Rosas habían sabido manejar
la situación política contra los gobiernos en el poder durante su ausencia; ya
se había creado la Mazorca, policía secreta, que incitando al pueblo a apoyar a
Rosas y atemorizando a sus opositores, provocó la caída de Viamonte.
Se había comenzado a usar la cinta o divisa punzó
(cinta o distintivo rojo subido, color de los uniformes usados por la primera
unidad militar de Rosas contra los británicos y luego por los combatientes de
los indios del sur) como emblema de la lealtad federal (luego fue obligatoria);
el más grande rival de Rosas, Juan Facundo Quiroga, había sido asesinado en
febrero de 1835.
Segundo Gobierno de Rosas (1835 a 1852)
El 7 de marzo, el gobernador interino, Manuel Vicente Maza,
renunció y Rosas aceptó el cargo siempre que se le otorgaran poderes judiciales,
ejecutivos y legislativos ilimitados y que un plebiscito aprobara su
nombramiento; el 13 de abril de 1835, tomó el poder.
Por primera vez desde
la Revolución de Mayo, se unieron las provincias argentinas bajo un gobierno
central (de hecho, no de derecho) decidió a hacer respetar su autoridad por
cualquier medio; de inmediato, Rosas dejó cesantes o pidió la baja de cientos de
funcionarios del gobierno, empleados y oficiales del ejército, cuya lealtad
hacia él no era del todo clara; a lo largo de su mandato enfrentó
despiadadamente la oposición individual, grupal o institucional y demandó una
constante demostración de lealtad; su propósito según decía era conservar la paz
y el orden para que la nación pudiera prosperar política, social y
económicamente.
Durante este período, la industria ganadera dominó la vida
nacional con sus demandas de más tierras para el pastoreo, nuevas fuentes de sal
para los saladeros y la creciente monopolización por parte de Buenos Aires del
lucrativo comercio de carne salada y desecada.
Rosas estaba muy involucrado
en todo esto como estanciero, y propietario de mataderos, saladeros y del
monopolio de la sal.
En 1851, Justo José de Urquiza de Entre Ríos, uno de
los generales más importantes de Rosas, anunció su intención de derrocar a
Rosas.
URQUIZA
Con la ayuda de los unitarios, las fuerzas de Rivera, el Brasil
(contra el que Rosas había luchado por el Uruguay) y la mayoría de los caudillos
provinciales, las fuerzas de Rosas fueron vencidas en la batalla de Caseros: el
3 de febrero de 1852 una era había llegado a su fin.
Rosas, con su familia,
fue llevado a Inglaterra en un barco inglés. Se estableció en un pequeño pueblo
de Inglaterra (Swarkling) cerca de Southamptom, donde vivió durante veinticinco
años de los aportes partidarios de Buenos Aires (hasta de Urquiza) porque su
enorme fortuna había sido confiscada; murió y fue enterrado allí.
En 1990 se
repatriaron sus restos a la Argentina y se colocaron en el cementerio de La
Recoleta